Podemos actuar de dos maneras. Una solución rápida sería aplicar primero una imprimación al agua primero y un esmalte al agua después. Una segunda opción más profesional sería aplicar entre la imprimación y el esmalte de acabado, una masilla para que no se noten los azulejos.

Se puede limpiar con mopa, aspiradora y fregar con productos específicos de tarima, cada 15 o 20 días.

Hay un producto de la casa Scalp a base de tensoactivos ideal para despegar papel pintado.

La diferencia es la resistencia al desgaste por el uso, no al impacto. El grosor de las tarimas puede ser de 7 o 8 mm e incluso superior en algún fabricante, a mayor grosor, mayor resistencia al impacto.

Depende si el suelo lleva adhesivo incorporado, si no es así habrá que aplicarle cola. Y si hay juntas en el suelo, hay que usar pasta niveladora primero.

Sobre gotelé habría que alisar primero la pared utilizando algún producto específico para ello, por ejemplo el Magic Liss. Si se podría aplicar sobre azulejo, aunque se notarían las juntas, sería conveniente rellenar las juntas con masilla.

Depende de las especificaciones del propio papel se aplica sólo sobre la superficie del papel o sobre el papel y la pared también. Debe venir especificado en el envoltorio del rollo.