Uso de la pintura náutica
Existe una gran variedad de productos para el cuidado de embarcaciones náuticas de recreo que se utilizan para su protección y su embellecimiento. Estas embarcaciones se encuentran sometidas a un gran desgaste, debido al alto nivel de erosión por el ambiente marino.
Podemos encontrarnos con una variedad de embarcaciones según su composición, como pueden ser las de fibra de vidrio, madera o metal, por lo que cada uno de ellos tendrán un tratamiento distinto y especifico, aunque los sistemas de pintado, serán muy similares.
Existe también una clasificación, dependiendo de la utilidad del barco y de su motorización, por lo que nos encontraremos con veleros, lanchas, neumáticas, yates, botes, etc.…
Dentro de los distintos productos y sistemas que nos encontramos para la conservación y mantenimiento de las embarcaciones, nos encontramos con 2 partes diferenciales que son común a todas las embarcaciones, la obra viva y la obra muerta.
La obra viva, es toda la parte del barco, que va sumergida en el agua, es decir, desde la línea de la flotación hasta la quilla.
La obra muerta, al contrario, es la parte del barco que va por encima de la línea de flotación.
Obra viva
La Obra viva es la parte de la embarcación que está en constante contacto con el agua, la cual tiene que estar sometida a un tratamiento anti algas, caracolillo, ova, etc. Este tratamiento se le llama antiincrustante, patente o antifouling, y está compuesto por resina, disolvente y pigmento, como prácticamente todas las pinturas, pero aparte lleva un aditivo que es el biocida, que es el que evita las incrustaciones.
El nivel de incrustaciones varía según la zona donde se encuentre el barco. Depende de la temperatura del agua, su movimiento y la corriente, contaminación, insolación, etc.
Dentro de los antiincrustantes nos encontraremos con tres tipos: autopulimentable, de matriz dura, y de capa fina.
La patente de matriz dura es aquella que su biocida va perdiendo propiedades a lo largo del tiempo, con lo que a final de temporada solo queda una pintura inerte.
La patente autopulimentable va desgastando la pintura y a la vez renovando el biocida. Al final no queda ni pintura ni biocida.
La patente de capa fina es una patente fina y dura con componentes de TEFLON, lo que facilita que no haya incrustaciones con la mínima fricción, lo que le da un gran poder regatero.
Hay que tener en cuenta que todas las patentes varían su color respecto a la aplicación fuera del mar y a su posterior botadura. Recordar también que las hélices, al estar sometidas a una mayor fricción, deben de ser tratadas con patentes de matriz dura y que a la vez sean compatibles con el aluminio y el bronce, materiales más comunes en la fabricación de hélices y colas.
Para la preparación e imprimación de la patente podemos distinguir varios tipos.
Si la zona a pintar tiene una patente compatible y está en buen estado, lavar con chorro de agua, secar y pintar.
Si la zona a pintar tiene una patente en mal estado y desconchada, lijar con lija de agua suave hasta eliminar la pintura. Imprimar y aplicar la patente.
Si la zona a pintar no tiene patente, aplicar imprimación y aplicar la patente.
Es muy recomendable que la patente este aplicada lo más uniforme posible. No olvidar las partes donde se realizan más incrustaciones como el timón, la orza y línea de flotación. El color auténtico de la patente se desarrolla a las 3 o 4 semanas de la botadura. Es aconsejable el botar el barco en las siguientes 24 horas del pintado.
Obra muerta
Como en todos los tipos de pinturas náuticas, lo primero que tenemos que distinguir es el material con el que está fabricado el barco. Lo primero a considerar es que, por norma general, salvo excepciones, es que un barco de metal o poliéster, puede tratarse con monocomponentes (convencional) o bicomponente (alto rendimiento), y un barco de madera es recomendable el monocomponente.
La aplicación de este tipo de pinturas es similar al de cualquier tipo de esmaltes que no sean náuticos, pero hay que tener especial atención con la preparación de la superficie, porque de ello conseguiremos un brillo superior y una mayor resistencia. Hay que tener mucho cuidado con la hora en la cual se pinta el barco.
Uno de los problemas más comunes con el que nos encontramos es el de distinguir cuando un barco tiene un tratamiento bicomponente, y cuando uno monocomponente. Una de las formas de averiguarlo sin tener un 100% de seguridad, es la de frotar de forma circular disolvente y si reblandece la pintura, casi podríamos asegurar que se trata de un monocomponete. Si no reblandece, y lo único que hace es desengrasar y limpiar la zona, estaremos hablando probablemente de un bicomponente.
Las sentinas tienen un pintado especial, ya que, aunque muchas veces no se le da la importancia que merece, puede provocar el comienzo de un proceso de Osmosis.